Pinofranqueado es una población de la comarca
extremeña de Las Hurdes. El último domingo de agosto, siempre alrededor del día
24, San Bertol o San Bartolomé, se celebra la fiesta de La Enramá. Esta fiesta
tiene unos 140 años de antigüedad y consiste en un emparejamiento temporal de
los mozos y mozas solteros del pueblo, a fin de favorecer futuros noviazgos.
Días antes se celebra un sorteo y se emparejan a los
jóvenes solteros del pueblo. A este sorteo no asisten las novias que permanecen
en sus casas a riesgo de ser mojadas con cubos de agua si salen. Desde el
Torreón acompañando el evento de gaita y tamboril los "cantaoles" van
proclamando los nombres con la fórmula "con quien digo" y respondiendo
"con quién diré" emparejando los nombres de mozos y mozas.
En un
lugar visible se listan todos los emparejamientos para que el pueblo pueda
consultarlo. Durante los días posteriores al sorteo, las nuevas parejas son
novios a todos los efectos, tratándose ,saliendo juntas etc.
Las novias
comienzan a elaborar la tradicional “enramá” que portarán los novios y que
consiste en un junto con flores silvestres, atado todo con un lazo de seda
blanco.
Ya el día de
San Bertol, los mozos inician la ronda acompañados del tamborilero en busca de
su novia. En la casa de la novia se le recibe con alegría, se le ofrecen los
dulces reparados para la ocasión y la novia, coloca la “enramá” en la solapa de
la chaqueta del novio, completando esta parte del ritual.
Al salir, la gente
les aplaude y todo el cortejo sigue a por el siguiente novio y novia. Cuando se
ha recogido a todas las parejas, comienza otra fase del ritual muy llamativa.
Es el momento de la Jota del Arco, con la que irán rodeando la iglesia mientras
van pasando por debajo de un arco formado con los brazos de los participantes a modo de túnel. Una vez finalizada esta
parte, comienza la verbena popular cuyo baile abren los novios y novias.
Después, el novio invita a sangría a la novia y deciden si siguen adelante con
el noviazgo o no.
La fiesta, declarada de interés turístico regional, tiene una
función mucho más importante de lo que pueda parecer y de la que dependía la
subsistencia del grupo. Si bien en la actualidad ya no tiene la misma función o
al menos no tan necesaria, y podemos verla como una manera de que la gente
encuentre una pareja, facilitando así los emparejamientos, antiguamente suponía
una manera de mantener la propiedad con las menos divisiones posibles.
Esta fiesta tiene tiene relación con cultos de carácter regenerativo,
propios de comunidades endogámicas y socio-céntricas, que buscan establecer
vínculos maritales solo dentro de la propia comunidad.
Las Hurdes es
una comarca montañosa del norte de Cáceres con 5 municipios y cerca de cuarenta
pueblos. Hasta los años setenta vivía centrada en si misma en sus propios
intercambios de carácter local, comunal o intercomunal. No obstante no
producían reservas de grano o carne por lo que durante la época entre abril y
mayo, se enfrentaban a la escasez de
alimento. Las condiciones sanitarias eran pésimas, la mala alimentación
fomentaba el bocio y el cretinismo que eran endémico, falta de calcio y una
alta mortalidad perinatal situada en el 50% en palabras del doctor Marañón. Los
intentos por desarrollar esta zona han sido muchos, el último por parte del
régimen franquista en el año 19 55, que culminó en el Plan Integral de
Desarrollo del 76. Sin embargo los
hurdanos siempre se han resistido a estos planes, debido a que pasaban por un
reagrupamiento hacia el sur, teniendo que abandonar las Alquerías altas con
tierras extremadamente pobres. Esto suponía dejar los minifundios que les
aseguraban en alguna medida la subsistencia. La reagrupación suponía un ataque
al sentido de la propiedad hurdana. Hay que recordar que en Las Hurdes, cuando
los padres sienten que les aumentan los achaques, reparten sus bienes entre sus
herederos directos a cambio de que se les cuide. Este contrato cuya antigüedad
se remonta al menos al siglo XVII, relaciona a los padres y a los herederos
directos pero serán los nietos lo que finalmente cuidarán a los abuelos. Este
tipo de costumbres ha afectado incluso al léxico. Cuando se forma una nueva
pareja, el término de suegro o suegra no se usa, y los cónyuges llaman a los
padres de su esposo o esposa, abuelo o abuela.
Pero este tipo
de práctica tenía a cambio un alto precio. Las relaciones de tipo incestuoso o
de grado de separación mínimo, producía muchos embarazos que no llegaban a
término, nacimientos de niños con retraso mental y otras patologías
relacionadas. Sin embargo, este tipo de prácticas no solo obedecían a
cuestiones sobre la propiedad. También las condiciones de vida en las viviendas,
fomentaban relaciones de este tipo al tener que compartir el lecho todos los
miembros de la familia.
Podemos ver cómo
un condicionante tan poderoso como el hábitat, modela las relaciones de
parentesco de manera que la teoría de la alianza, es estos entornos, queda
relegada o al menos libremente interpretada.
En la
actualidad, la comarca de Las Hurdes es una de las zonas más hermosas de
Extremadura y España. Lejos han quedado aquellas imágenes que Buñuel plasmara
en su película “Tierra sin pan”. La economía ha mejorado notablemente y a pesar
de ser una zona de pocos recursos para cultivo, se ha fomentado el turismo
rural lo que ha ayudado al desarrollo de la comarca. No obstante, el
envejecimiento de la población y el abandono de los pueblos sigue siendo su
mayor problema. La promoción de sus fiestas populares es un gran reclamo para
el turismo, que unido a la espectacularidad de sus paisajes ha dado una imagen de Las Hurdes que merece ser conocida.
Luis Buñuel 1932 Las Hurdes, Tierra sin pan, http://www.youtube.com/watch?v=sYonguJiJqA
Las Hurdes: Apuntes para un estudio Antropológico. Enrique
Luque Baena
Historia y antropología de la comarca de Las
Hurdes. Tierra sin pan, de L. Buñuel ( Cincuenta años después) Maurizio
Catani
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