El rito a la muerte es universal
y el día 2 de noviembre "es un invento cultural que conjuga costumbres
católicas y la cena de Día de Muertos es de origen romano, en la cual se espera
a los familiares muertos para cenar, además de expresiones estadounidenses e
irlandesas en torno a la noche de brujas y halloween",
opinaba Elsa Malvido, historiadora en la Dirección de Estudios Históricos (DEH)
del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Michael Sacco, experto en
tradiciones indígenas centroamericanas explica “en México esto se entiende como
en ningún otro sitio” (…) “El Día de los Muertos es una gran fiesta en todo el
país, no es un día para la tristeza, sino para la comunidad, para la
convivencia; los altares, las flores, las máscaras son como umbrales a través
de los cuales los ancestros vuelven a nuestro lado y nos permiten aprender de
sus historias, de sus virtudes, de sus errores. Es una oportunidad para el
aprendizaje.”
Se visita a los muertos en los
cementerios, se les lleva cempasúchil, flor tradicional de muertos, se
encienden velas y se construyen altares con todo tipo de objetos, símbolos
alimentos, bebida, juguetes etc., que tendrán relación con la persona difunta.
Entre las ofrendas no pueden faltar los cuatro elementos: agua, fuego, aire y
tierra. El ritual ofrece la oportunidad de convivir con los que ya están en el
viaje eterno y que estos recuerden el mundo del que partieron.
En El Salvador el día 2 de
noviembre la gente se reúne en el cementerio para pasar tiempo con sus antepasados.
Hace comidas específicas, tamales, riguas, empanadas, yuca frita.
También es una tradición muy
fuerte en Guatemala, donde los mayas descendientes, son los que limpian en
grupos organizados a golpe de tambor las malas hierbas del cementerio. Posteriormente
se confeccionan coronas de flores que se colocan la tarde del 1 de noviembre.
Este concepto de unión entre muertos
y vivos es fundamental para estas comunidades. Hay que dejar un espacio para
los muertos para que su recuerdo no nos haga sufrir.
La base de la celebración
filipina está en el agradecimiento a los antepasados, una fiesta para no
olvidarlos y que sepan que se les echa de menos. No es un día triste, se canta
y se baila entre las tumbas, se juega entre ellas. No hay miedo en esta
convivencia a los muertos. En Nicaragua, incluso duermen en el cementerio.
Corea. Aquí es muy parecido al católico, sin embargo,
la gente va muy temprano al cementerio a limpiar, pintar, poner flores, arreglar,
orar y dar lo mejor de su cosecha para que los muertos sientan su cariño.
Día de muertos en Australia y Nueva Zelanda no se
celebra a finales de octubre o principios de noviembre, en Australia y Nueva
Zelanda se celebra el 25 de abril y es en honor a las personas que han sido
asesinadas o han muerto en alguna guerra. El “Anzac Day” establecido en el año
de 1914, recuerda al escuadrón del ejército que fue obligado por el imperio
británico a luchar en Turquía donde murieron 50.000 soldados. Además ese día
(El cual es el único día legal) se juega un juego de apuestas muy popular en
Australia llamado Two-Up que s juega con algunas monedas lanzadas al aire.
En Nepal se cree que los espíritus
son transportados por Vacas, entonces cada familia hace un ritual por los
fallecidos en el año haciendo ropa, decorando papeles y retratos alrededor de
la Vaca, además hacen el Gai Jatra (procesión de las vacas)
Debido a la larga tradición cristiana en Suecia, del 31
de Octubre al 6 de Noviembre en Suecia se celebra la festividad “Alla helgons
dag” Día de todos los santos.
Son días de dignidad y reflexión, en todo el país se encienden velas los 7 días en honor a los fallecidos que ya no se encuentran junto a sus familiares y seres queridos, así como a los santos de la región.
Son días de dignidad y reflexión, en todo el país se encienden velas los 7 días en honor a los fallecidos que ya no se encuentran junto a sus familiares y seres queridos, así como a los santos de la región.
En China, la celebración se sitúa
entre el 4 y el 6 de abril, en la festividad de Qingming. Las pautas son
similares, limpieza del cementerio y reunión con el objetivo de recordar a los
seres querido difuntos como si siguieran presentes. Representa el renacimiento,
temporada de siembra.
Los ritos antiguos, están
interrelacionados con los ciclos naturales. Existe un símil entre ellos. Si en
las celebraciones de finales de octubre principio de noviembre, el símbolo es
el fin a través de la recogida de la cosecha, en el de primavera hay relación
con el resurgir, la nueva cosecha y la luz. Bien por el principio del nuevo
estado, bien por el segundo, los vivos encuentran el momento perfecto para
reencontrarse con sus difuntos.
Japón celebra la festividad de
origen budista llamada Obon, que se realiza entre julio y agosto e incluye
festivales de danza. Ha terminado convirtiéndose en una importante ocasión de
interacción social.
Halloween parece aquí el malo de la película. Una
tradición modificada por occidente ( ya modificada por el cristianismo siglos
atrás) como antesala a la consumista Navidad, donde la imagen de la fiesta está
en el terror a la otra vida, a los muertos, al más allá. Reforzado por los
medios de comunicación a través de películas y literatura, se ha convertido en
una fiesta muy diferente de la que en su origen se llamó All Hallows´ eve.
“Cuando comenzaba el banquete, en algunas tribus se
dejaba un hueco en la mesa para los difuntos, demostrando así que el mundo de
los vivos y los muertos no tenía una clara y meridiana distinción. En
ocasiones, el número de difuntos que querían acudir a la fiesta podía ser muy
grande, por lo que se les dejaba en un espacio de las estancias, grandes
cantidades de comida que no se podía tocar y que estaban destinadas
exclusivamente a los espíritus de los difuntos. Otra costumbre consistía en
asignar el título de representantes de la embajada de los muertos entre los más
desfavorecidos de la tribu, cenhadon y meírv. Éstos iban de casa en casa
reclamando la comida de los muertos, unas tortas preparadas para la ocasión,
que después comían en nombre de los difuntos. Una vez más, la costumbre no solo
tiene una representación religiosa o mística, además redistribuye los
alimentos, y fortalece los lazos de la comunidad.La cristianización
asimiló esta fiesta, transformándola. en la noche de Todos los Santos, All Hallows
Eve, la cual se conoce popularmente como Halloween.”
En España la tradición de acudir
a los cementerios cada vez más está quedando en manos de la gente más mayor.
Tienen un carácter más solemne y no tiene muchos elementos lúdicos. Sí hay
alimentos tradicionales de esta festividad como son los huesos de santos o los
buñuelos de viento.
Algunas variantes en España:
En Cádiz se disfraza a conejos,
gallinas y cerdos de los mercados y se confeccionan muñecos de fruta con
carácter cómico para denunciar la realidad social y política.
En Benacazón, se sale al campo a
pasarlo con los amigos.
El Magosto se celebra en Galicia,
comiendo castañas con leche, en Albacete “migas de niño” pero si hay una
tradición española en esta festividad esa es la representación de “Don Juan
Tenorio”
El sentido último de la
celebración del día de muertos es mantener unido al grupo, la explicación de
que un grupo es más que el individuo pero no una suma de individuos. Más allá
de esta vida presente, donde el difunto ha tenido un lugar social, debe tener
su lugar en el otro mundo, pero eso no hace que se rompa el vínculo social con
este y eso se logra manteniendo vivo el recuerdo.
Como decía Mavido, el rito de la muerte es universal,
otra cosa es la celebración del día de difuntos. La muerte supone un paso de un
estado a otro, un rito de paso a otro mundo representado de muchas y diferentes
maneras. Arriba, abajo, una isla, una cueva, un monte. Ese paso de un lugar a
otro se realiza en una barca, a lomos de un reno, a través de un puente,
bajando por un hilo, volando, levitando sobre el suelo. El miedo a la muerte, constituye en sí
mismo un universal, y se halla en la base de toda simbolización. Se niega, se
negocia o se acepta.
Nuestros antepasados prehistóricos ya rendían culto al difunto en su
muerte. Restos hallados en Grimaldi (Liguria italiana), Vlarimikov
(Bielorusia)Dolni-Vestonice (Moravia) por ejemplo nos muestran la parafernalia
en torno al enterramiento, lo que nos hace pensar en que ya tenían una visión
de otro mundo tras la muerte, de un lugar de reunión para los difuntos donde
necesitarían de sus enseres igual que lo hacían en el mundo de los vivos. A
partir del 8º milenio, en el Neolítico, comienzan a aparecer enterramientos
colectivos alejados de las zonas de vivienda, antecesores de nuestros
cementerios. Posteriormente se fue incrementando ese culto a la muerte y
aparecen ajuares funerarios más ostentosos, megalitos con un significado aún
por descubrir pero que en cualquier caso, constituyen monumentos funerarios construidos
por el hombre. Podemos pensar que las tumbas más sofisticadas pertenecen al hombre moderno y que los neandertales realizaban enterramientos más simples. El antropólogo Julien Riel-Salvatore, de la Universidad de Colorado, desafía esta creencia. Se piensa que la capacidad del pensamiento simbólico y su conducta asociada es lo que separa a sapiens y neandertales. Pero los descubrimientos de Riel-Salvatore demuestran que los neandertales realizaron enterramientos propios del hombre moderno considerados como expresión del pensamiento abstracto.
Sin duda, la cultura funeraria egipcia es uno de los máximos representantes
de los ritos mortuorios y todo lo relacionado con ello y que sin duda merece un
capítulo aparte.
Nos inquieta la muerte, la razón puede variar según la cultura. El
significado que le otorgamos puede ser diferente, la tememos, la respetamos y
sabemos que no podemos hacer nada por evitarla. Sin embargo siempre tendremos
la necesidad de mantener relación de alguna manera con los que se fueron. Para
que nos ayuden, para que no nos dañen, para aliviar nuestro dolor por la
pérdida, para rendir homenaje a sus figuras, porque los echamos de menos. Los
cultos han variado fruto del tiempo que nos toca vivir y por las mezclas de los
diversos contactos culturales que los han matizado, modificado o suplantado. En
cualquier caso, forma parte de nosotros.
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