El agua
es un poderoso símbolo. Representa todas las virtualidades, desde la vida hasta
la muerte. La fecundidad, el futuro y el pasado. Es principio y fin de todas
las cosas y existencias, cura y trae enfermedades, reparte dones y desgracias.
Su poder simbólico es extraordinario. Sumergirse en las aguas y volver a salir
es vuelta a las fuentes mediante la muerte simbólica la disolución y
desintegración, y vuelta a la vida en un nuevo nacimiento con fuerzas
purificadas y renovadas. Hay una extraordinaria coincidencia en las diferentes
religiones acerca del simbolismo del agua que denota su valor antropológico
universal. En muchas religiones las abluciones y los baños sagrados han sido
frecuentes a lo largo de la historia como símbolo de purificación o de
nacimiento a una nueva vida. El culto a las aguas, sobre todo en lo referente a
manantiales curativos, termas, salinas, ha presentado continuidad en todas las
religiones. Ninguna revolución religiosa ha conseguido erradicarlas. El culto a
las aguas es un culto prehistórico.
Para los
babilonios en Mesopotamia, el agua dulce es el principio de la vida. Se
le atribuía una virtud especial a las aguas del Eridu, El dios local
Ea (o Enki), era el señor de las aguas dulces y también dios de la
magia. El empleo de las aguas del Eridu en una serie de ritos
mágicos, tenía el propósito de expulsar a los demonios que causaban
enfermedades y rehabilitaban al pecador a los ojos de la divinidad.
En el
antiguo Egipto también se practicaba el bautismo como ritual. En los
ritos de iniciación del culto a Isis, la persona que se iniciaba, tras confesar
sus pecados, era bautizado en un baño ritual que lo purificaba y permitía su
entrada a la comunidad de la Diosa. En
una escena grabada en el templo de Isis, en la isla de Philae, se contempla el
momento en que la momia de Osiris es regada por un sacerdote, brotando de ella
semillas de trigo. El agua da nueva vida. Según los sacerdotes heliopolitanos,
antes de la creación solo existía el Nun, es decir, un universo acuoso, en
tinieblas y en silencio. En efecto, para los egipcios la no existencia implica
precisamente eso, una extensión líquida, oscura y silenciosa. El primer ente
emergido de las aguas del Nun es una Colina Primordial, que en la tradición
heliopolitana recibe el nombre de Benben. La emergencia del Benben implica la
aparición de la tierra frente al agua.
Los
íberos iban más allá de los baños rituales para las personas, y encontramos en
la Cueva Negra de Fortuna, Murcia, testimonio del ritual de inmersión de las
figuras de las diosas en el agua.
La
cultura helena también tiene prescripción de abluciones a la hora de entrar en
contacto con los ritos a las diferentes deidades, penetrar en sus templos,
orar. A las aguas se les atribuían virtudes vivificadoras. Los helenos
rindieron honor a la diosa Higía, protectora de la salud y la limpieza, y de
cuyo nombre deriva la palabra “higiene”.
En
la antigua Roma la cultura del baño alcanzó gran significación. Los emperadores
romanos llegaron a construir baños públicos llamados termas, donde podían
juntarse entre 2,500 y 3,000 personas por día. Estas asombrosas instalaciones
disponían de agua fría y caliente, masajistas y cremas perfumadas.
El
judaísmo también contempla los baños rituales. Estos se realizan en el Mikvé.
Por ejemplo, la novia realiza su primera visita a la Mikvé un día antes de la
boda. Entrar a la Mikvé, simboliza un momento íntimo de transformación que
muchas novias comparten con familiares y amigas, por lo que es un
acontecimiento muy emotivo y alegre.
Estar
preparada para entrar a la Mikvé, no sólo implica estar completamente limpia
físicamente, sino también, sentirse espiritualmente preparada para la inmersión.La
función de la casa de baños era purificar el alma mediante la inmersión
completa del cuerpo tres veces consecutivas. La mujer tenía la obligación de
bañarse después de cada menstruación, después de tener un hijo y antes de
casarse, y el hombre se tenía que purificar cada viernes antes de la puesta de
sol, es decir, antes de que empezara el Sabbat.
En la
Biblia, Dios utiliza el agua para castigar o bendecir a su pueblo. Aparece el
agua devastadora del diluvio universal, y la salvadora de la separación de las
aguas del mar por Moisés. El agua cayendo sobre las áridas tierras de Israel,
es símbolo de fertilidad y abundancia. Para el hombre del Antiguo testamento,
la relación entre el agua viva, corriendo por los cauces de ríos, simboliza la
divina sabiduría. En los cristianos, lo importante del bautismo no es tanto el
agua como el baño de agua.
El
simbolismo de la inmersión, llega hasta el bautismo de Juan como «un bautismo
de conversión para perdón de los pecados» (Lucas 3,3), y un símbolo de
renacimiento: «el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el
Reino de Dios» (Juan 3,5; cfr. Romanos 6,4). Para los
cristianos, el bautismo significa tres cosas, renacer libre de pecado,
incorporados al pueblo de Dios y herederos de la vida eterna. El símbolo
bautismal se convierte así en un hecho de cohesión social, jerarquización de roles
sociales e investidura de autoridad, puesto que es eficaz tanto para el que
realiza el bautismo como para quien lo recibe.
Desde muy
antiguo las ciudades musulmanas han contado con Hammam públicos y privados. En las
Hammam se hacían las abluciones diarias necesarias para la purificación del
cuerpo y del espíritu de todo musulmán y además constituían un lugar de
reunión. En esta época, Europa estaba en plena edad media y el baño se
consideraba algo pecaminoso. No obstante existía un ritual donde había que
bañarse y era el de la investidura de caballero que tenía una fuerte relación
con los ritos de paso donde el iniciado moría simbólicamente para pasar a un
nivel superior.
Un hindú
tiene tres madres, la biológica, la vaca y el Ganges. Las aguas del río Ganges
son sagradas y bañarse en ellas purifica a quien lo hace. En la ciudad santa de
Varanasi, “Ciudad de los muertos”, cada mañana se introducen en sus aguas miles
de personas que celebran la alegría de la vida y la esperanza en el futuro. Ma
Ganga se convierte en fuente de vida para los hombres.
En
Allahabad, Haridwar, Ujjain y Nasik, ciudades santas de la India, se celebra el
festival Kumbh Mela. Cuenta la leyenda que durante la lucha entre dioses
y demonios por un cántaro de néctar de la inmortalidad, cayeron unas gotas
sobre estas ciudades. Se trata de una peregrinación que se realiza cuatro
veces cada 12 años alternativamente entre estas ciudades y que congrega a
millones de personas considerándose la peregrinación humana más numerosa.
La
relación de los hindúes con el agua viene de antiguo. En la ciudad de
Mohenjo-Daro, habitada durante el tercer milenio antes de nuestra era, se
encontró el Gran Baño, un tanque rectangular que mide unos 12 metros de largo
por 7 m de ancho y 2,4 m de profundidad
En Rusia
encontramos las banyas, atendidas por los parilshuki. A estas banyas acuden las
novias para obtener adivinación sobre sus prometidos. Cuando se hace de noche,
se desatan el pelo y con ceniza y un vénik (escoba de ramas de abedul) o con un
espejo y velas, proceden al ritual.
También
se usan para “ahuyentar la delgadez”. Una vez se han bañado se palmean el
cuerpo mientras rezan “Que la delgadez se vaya de mí como el agua resbala sobre
las plumas de un pato”. Otro ritual en las banyas es el día de banya para las
almas de los antepasados. En esta ocasión, los nagaibaki, antes de Pascua se
remojan en el jueves limpio. Ese día también lo hacen las almas de los
antepasados, de ahí que no se cierren las puertas. Entre los chuvachos también
hay costumbre de relacionar las banyas y los antepasados. Durante algunos días
al año, se visitan los cementerios, se saludan a los antepasados y se invita a
sus almas a la banya.
La banya
también es un lugar para buscar ayuda. En pueblos de los Transurales se realiza
el siguiente ritual.
“Cuando
vas a una banya, saludas al espíritu y le pides ayuda para limpiar el
cuerpo, el alma y el espíritu. Es uno de los espíritus-ayudantes, junto al
domavói, la deidad del hogar que cuida de la vida de la familia que vive
en la casa, etc. Después de tomar un baño de vapor, sumerges la escoba de ramas
de abedul en la palangana y, empezando por el último rincón de la izquierda,
rocías agua en cada uno de los cuatro rincones recitando las palabras
“Escoba-escoba, elimina nuestra suciedad corporal, anímica, espiritual, todas
las dolencias, todas las desdichas, todas las penas…” Y mientras se hace esto
se gira en círculo tres veces. Antes de salir de la banya das las gracias al
espíritu de baño y, sales con una reverencia andando hacia atrás, sin dar la
espalda al espíritu”.
Pero
además la banya es un lugar de centro de relación, donde las personas se
encuentran y conversan, se cuentan las noticias, conviven.
En Japón existe el baño de purificación de año nuevo, donde los hombres
vestidos con pantalón corto y las mujeres en kimono, se bañan en agua helada
mientras recitan varias escrituras sagradas con el fin de alejar los errores
del año anterior.
El
festival de vudú de Saut d’Eau, congrega cada 16 de julio a hombres, mujeres y
niños de todas las edades y condiciones sociales en Haití. El día coincide con
una aparición mariana de 1847. Se bañan en estas aguas para purificarse o para
pedirle al Gran Maestro que convierta en realidad sus sueños. Se venera Erzulie
Freda, diosa vudú del amor, a la que le ruegan por el amor, los hijos y la
fortuna.
El
Sintoísmo considera sagradas las cascadas, pues la purificación a través del
agua restablece el orden y equilibrio entre la naturaleza, los humanos y las
deidades.
Zoroastrismo,
religión dualista, fundada por Zoroastro opone el dios del bien al del mal. El
mal atacó al mundo transformando parte del agua pura en agua salada. Polución y
pureza son el centro de interpretación del zoroastrismo donde también existe el
gran diluvio
En el
pueblo guanche, cuando un niño nacía, se avisaba a una mujer que bautizaba al
niño, contrayendo esta mujer parentesco con los padres de la criatura con la
que no se podían casar ni tratar deshonestamente.
Los incas
celebran entre el 20 de junio y el 10 de julio las festividades de Inti Raymi
que coinciden con el solsticio de verano. Se realizan ofrendas, bailes,
representaciones y baños rituales. Estos baños purifican y energizan los
cuerpos. La ceremonia más sagrada se realiza en el lago Cuicocha. El agua es
una persona más que nació de la Pachamama (madre tierra) antes que ningún otro
ser y por esto es un vehículo para comunicarse con las otras esferas del mundo.
Documentaba
Frazer en Nueva Zelanda una ceremonia de carácter expiatorio donde a un
individuo, se le transfieren todos los pecados de la tribu el cual debe bañarse
en un río después de atarse hojas de helechos por el cuerpo, que simbolizan las
faltas de su pueblo. Una vez dentro del agua, debe librarse de las horas que
serán arrastradas hasta el mar.
La
importancia del baño en la mayoría de las religiones proviene de una doble
creencia: puro e impuro que marca la diferencia entre lo divino y lo humano y
por otro el simbolismo del agua como medio de purificación ritual dotado de
fuerza renovadora. El agua para el hombre es símbolo de vida física y
espiritual. Las diferentes culturas tienen sus particulares ritos de relación
con el agua a través de los cuales expresan su relación con la naturaleza, con
el surgimiento de la vida, con su espiritualidad. Las culturas que llegarán,
también tendrán su particular relación con el agua.
REFERENCIAS
Moneo, Teresa. Religio ibera: santuarios, ritos y divinidades
(s. VII A-C) .Real academia de la historia 2003
Ardèvol
Piera, Elisenda Antropología
de la religión. S.L. editorial UOC 2012
IMÁGENES
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